20 de junio de 2016

Reglas para que tu hijo coma de todo (desde bebé)

La hora de comer puede ser una batalla diaria para algunas mamás. El no me gusta, no quiero comer o quiero otra cosa terminan desgastándonos día a día, preocupadas de que nuestros hijos solo quieran comer algunas de sus comidas favoritas, y luego nada más. ¿Cómo hago que coma toda su comida? ¿cómo hago para que le guste de todo?

Una mamá en USA se hizo la misma pregunta, y logró hacer el cambio con sus 2 hijas pequeñas (que no comían otra cosa que no sea galletas y fideos con mantequilla), cuando se mudó con su familia a Francia. Esto dió origen al libro French kids eat everything (Los niños franceses comen de todo) y sus 10 reglas para que tus hijos sean felices y sanos comiendo. A mí me han ayudado bastante, y acá se las presento.


1. Papás y Mamás: ¡USTEDES están a cargo e la educación alimenticia! Esto no solo significa enseñarles a comer bien. Significa enseñarles el gusto y aprecio por la comida - todo tipo de comida. Eso quiere decir ser parte de la experiencia. Y en un país culinariamente rico como el nuestro, comer es verdaderamente una experiencia. Eso quiere decir que no es trabajo de la abuela, de la nana o de otra persona más, sino de nosotras (puede ser que para las que trabajamos, no podamos estar ahí en la mayoría de comidas del día, pero por lo menos en una tenemos que estar presentes - en todo sentido... ¡suelta el teléfono!).

2. Evitemos comer emocionalmente. La comida NO es una recompensa, un castigo o un soborno. Esto quiere decir que el premio por hacer algo bueno o portarse bien o sacarse buenas notas no debería ser comida (no golosinas, papitas, un McDonald's... van captando la idea). De igual manera, la comida no debería ser un castigo o una tortura (¡si no te comes tus frijoles te pongo más hígado! ¡si te portas mal te quedas sin comer! ¡come o te vas castigado a tu cuarto!), o un soborno (si te portas bien te compro un helado). Eso es muy difícil de hacer porque en nuestro país, salir a comer es una celebración, pero por lo menos en casa y en esos pequeños momentos, tratemos de no asociarla con ello.  

3. Los Padres planean y programan las comidas. Los niños comen lo que los adultos comen. No se preparan comidas a pedido. Planificar la comida es importante porque vemos el balance de alimentos sanos que nuestros hijos recibirán en la semana. Y es importante que ellos nos vean comiendo lo que ellos comen (ver regla #1). No debería ser que porque hoy toca comer locro, y a ellos no les gusta el locro, hago que les preparen arroz con huevo frito, y si tengo varios hijos, terminan habiendo 2 ó 3 menús en cada comida. Todos comemos juntos, y todos comemos lo mismo. ¿No quieren comer? Ok, no hay problema (sin renegar, regla #2), pero NO HAY SUSTITUTOS (osea, no te voy a dar galletas u otro vaso de leche).

4. Las comidas se comen juntos. Sin distracciones. Esta es difícil, pero debemos intentar comer con nuestros hijos aunque sea unas 3 ó 4 veces por semana. Acabo de leer un artículo en donde contaban que el presidente de USA, Obama, come con sus hijas 5 veces a la semana y TODOS en la Casa Blanca tenían que respetar esta regla - hasta en sus reuniones con jefes de estado de otros países, etc. Y vale la pena hacerlo, haciendo sobre mesa, sin tener la televisión prendida, sin mirar al celular. 

5. Come tus verduras. ¿La clave? Variedad. Como esos carteles que dicen 5 al día, ¡en la variedad está el gusto! No nos quedemos en la típica de ensaladas o carbohidratos (papa, choclo, yuca y camote) - pensemos en todo lo que se puede cocinar con verduras, y si no se me ocurre, ahora en Internet encuentras maravillas de recetas hasta con videos. Es súper común que no les gusten ciertas verduras (tiene hasta que ver con las texturas), pero la clave para esto está en la regla #6. 

6. No te tiene que gustar y no te lo tienes que acabar, pero SÍ lo tienes que PROBAR. Decirlo en cada comida. Esto funciona bastante. Como dice la regla #2, comer no debería ser una tortura. ¿No te gusta? Ok, pero pruébalo. El libro nos cuenta que la mayoría de comidas son un gusto adquirido (por eso es que los gustos varían tanto entre regiones del mundo, y uno siempre piensa "mi mamá lo preparaba mejor"). Para que un niño acepte una cierta comida, se calcula que se le debe ofrecer un promedio de 15 veces (entre 5 y 30 veces), en diferentes ocasiones (no las 30 en la misma comida, no seas mala), y en diferentes presentaciones (puré, ensalada, acompañado de diferentes comidas, crudo, cocido, etc.). No te desanimes, acuérdate que hay bastantes cosas que con la edad fuiste probando y que poco a poco te gustaron. Un libro bue-na-zo que ayuda harto con esta regla es Green Eggs and Ham, de Dr. Seuss (hay en inglés y en español, lo consiguen en Amazon).

7. ¡No comer entre comidas! Está bien tener hambre entre las comidas programadas. La idea es no ofrecer snacks a nuestros hijos entre comida. Ni fruta, ni leche, ni pan. Las comidas serían desayuno, media mañana (frutita, poquito), almuerzo, media tarde (frutita, poquito) y lonche o cena. ¿No comió en el almuerzo? Tendrá hambre entonces. Un niño con hambre es mucho más propenso a acabar su comida e incluso a probar comidas nuevas, que un niño que está lleno o que sabe que le van a dar algún sustituto (regla #3). 
Cena del Ratón, 3 años. Izquierda: brócoli al vapor, zanahoria y pimientos crudos en cuadraditos. Vaso de chicha. Derecha: lentejas, milanesa de pollo y arroz integral con quinua.
8. COMER DESPACIO es comer feliz. Todos los estudios demuestran que comer despacio es bueno para la digestión y la control de porciones, pero también nos da la oportunidad de disfrutar del momento juntos que estamos compartiendo con nuestros hijos (regla #4).

9. Come comida de verdad. Los dulces o postres están bien para momentos especiales. La comida real es esa que cocinamos en casa, la que está hecha por nosotros mismos. No comida rápida o comprada en caja. Y yo sé que para las que trabajamos es difícil, pero si planeamos la semana (regla #3) es más sencillo - yo soy la primera en pensar "ya pues, compro pollo a la brasa nomás" los fines de semana, pero trato de hacer un esfuerzo.

10. Recuerda: comer debe ser un placer, ¡relájate! Y eso se refleja no solo en nuestra actitud al comer, sino en el ambiente. Los franceses realmente creen que comer debería ser una experiencia. La presentación de la comida debe ser atractiva, los cubiertos bonitos, las servilletas de tela, las flores en la mesa. Usemos la buena vajilla. Al volverlo una experiencia provocadora, los niños se sienten mucho más propensos y contentos al comer (y si los incluyes en la preparación, ya-no-ya). Incluso en la aplicación de las reglas, ser flexible ayuda - tampoco son de hierro, ¿no?

Ustedes, ¿qué creen? ¿creen que estas reglas los ayudarían con sus peques? ¡Me cuentan su experiencia!

Jenny 

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